Fotografías de Amedeo Modigliani. A la izda, en su juventud. A la dcha, a la edad de 35 años.
Las
historias de todas las personas comienzan en el vientre materno. La de Amedeo
Modigliani (Livorno, 12 julio 1884- París, 1920) se caracterizó por ser
especial ya desde su etapa prenatal. Estando su madre embarazada, la guardia
italiana prorrumpe en su domicilio para requisar bienes que deberán saldar deudas
con numerosos acreedores. Existía una ley en el país por la cual, todos los
objetos colocados sobre la cama de una mujer encinta, podían librarse del
embargo. Modigliani salva así a su familia de la ruina, antes de nacer.
La
vida artística de Modigliani comienza con una inclinación hacia la escultura
que se ve truncada por sus graves problemas pulmonares crónicos, provocados por
la enfermedad del tifus, que padeció a los 14 años. Amedeo decide así
convertirse en pintor, y será uno de los más famosos del siglo XX, fama que le
llegó no sólo por la calidad de su obra
artística sino por su capacidad de autodestrucción.
Alcohólico,
pendenciero, adicto al hachís y amigo de andar con muchas mujeres, Modigliani
seguía siendo, con todo, un trabajador compulsivo. Fue definido por Picasso
como uno de los hombres más elegantes y guapos del París de la época, aunque la
mala alimentación y sus excesos no tardaron en convertirle en un moribundo de
35 años con aspecto de anciano.
Su
manera de entender la figura humana, perfilada con líneas gruesas, hacen de
Modigliani un heredero perfecto de Toulousse Lautrec y un antecesor del
Expresionismo Alemán. Vivía rápido y pintaba aún más deprisa: en sus cuadros
podemos apreciar pinceladas de ejecución suelta y decidida, mostrando retratos
rotundos de rostros manieristas muy alargados, torsos naturalistas, y los inconfundibles ojos sin pupila. Si los
ojos son el espejo del alma, Amedeo Modigliani no necesitó otra cosa que apenas
insinuarlos para captar a la perfección la esencia de las almas retratadas,
característica por la que ha pasado a la historia como uno de los pintores que
con mayor intensidad logró una comunión espiritual con sus modelos.
Autorretrato, 1919