sábado, 5 de mayo de 2012

Intimidad medieval




La cama de matrimonio. Miniatura del Theatrum sanitatis. Italia, 1400. Biblioteca Casanatense de Roma.

Durante los siete siglos que dura la Edad Media, el papel de la mujer suele quedar en la sombra. Las de clase alta, podrían acceder a la cultura y a los estudios, pero podrían contarse con los dedos de una sola mano las mujeres que lograron tener presencia en la vida cultural e intelectual de la época (citemos en todo caso a Hildegard Von Bingen en la Alta Edad Media, y a Christine de Pizán en la Baja).
Por lo general, la mujer que no estaba destinada a la vida monástica, no tenía muchas más opciones que la de contraer matrimonio. La vida sexual de la esposa medieval estaba sometida a los acuerdos sociales y a las leyes religiosas. Después del enlace, un sacerdote acudía a la casa de los desposados para bendecir su cama y su dormitorio,  siempre en presencia de los padres de ambos. 
Una mujer decente no podía perder su virginidad antes de que un sacerdote bendijera en la Iglesia su enlace con el esposo. Durante la Edad Media, la virginidad de la mujer era considerada prenda indispensable para el matrimonio, valor influenciado tanto por la condición virginal de la madre de Jesús escrita en la Biblia como por el valor que dio el apóstol san Pablo en sus epístolas a la abstinencia sexual. Estas apreciaciones morales terminaron por radicalizase como instrumento en manos de la Iglesia cristiana, que en sus escritos de la época presentaba a la mujer como aquel objeto de pecado y tentación seductora que no permite al hombre acceder al ascetismo ni a la elevación espiritual.
En el libro Taccuinum sanitatis (manual medieval sobre salud y bienestar, basado en un tratado médico árabe) se cita el siguiente texto, referido al coito:
Óptimo: el que dura hasta que se ha emitido el esperma. 
Usos: perpetúa la especie. 
Peligros: perjudicial para quienes tienen frío y respiración seca.
Neutralización de los peligros: con alimentos productores de esperma.
(Nótese que en ningún caso este texto referido al coito se plantea otra referencia más allá de la masculina).