sábado, 28 de enero de 2012

Llamaradas de sol





Enero de 2012. Nuestro sol, el astro de fuego que nos llena de vida cada día, pasa por una fase agitada de erupciones de potentes llamaradas.

Desde este pequeño planeta, mientras todos los seres continuamos impertérritos en nuestros quehaceres diarios, algunos privilegiados pueden acceder al bello espectáculo de las auroras boreales. Se dice que se producen como consecuencia de partículas de arena que han volado arrastradas por corrientes de aire atmosféricas desde los desiertos del hemisferio sur hasta el polo Norte del globo. El resultado, un cielo lleno de cortinajes gigantescos y oscilantes, que van cambiando de color durante unos minutos. Las llamaradas intensas que se están provocando en el sol durante estos días hacen más frecuente el espectáculo de las auroras.

La compensación para aquellos que viven o viajan a países tan fríos como Noruega o Suecia, es la posibilidad de admirar este fenómeno.

En esta imagen, una aurora en Tromso. Noruega, enero 2012

domingo, 15 de enero de 2012

Gyotaku: capturar en papel el alma de los peces


Gyotaku de la artista Victoria Rabal http://www.victoriarabal.com

Una curiosa distinción entre las religiones occidentales y las orientales es que las primeras sostienen que los animales, a diferencia de los humanos, no tienen alma.
Muchos años antes de que los científicos hayan demostrado empíricamente que los mamíferos sienten y empatizan con sus congéneres, las religiones orientales ya mantenían la creencia, desde muy antiguo, de que los animales tenían alma.

El Gyotaku es una técnica japonesa para capturar el alma de los peces. El término, compuesto por la palabra GYO -pescado- y TAKU -frotar- data de 1800, y se aplica a un sistema de impresión a tinta que consiste en entintar los peces que se venden en los mercados y pescaderías, e imprimir una estampa en papel.

Los resultados, poéticos y evocadores, no están exentos de riesgos técnicos. Cualquiera que haya probado las técnicas del grabado puede imaginar cuánta paciencia y pulcritud requiere un proceso en el que no puede quedar en el papel más mancha que la deseada, y el entintado debe ser igual en todas las zonas, y las diferencias de tensiones en el papel cuando se trabaja con una superficie con tanto relieve van a generar arrugas, irregularidades y recovecos imposibles.

La artista Victoria Rabal, especialista en obra en papel, ha inmortalizado con Gyotaku la esencia de los pescados que llegan al puerto de Barcelona. La pesca se distribuye a los mercados de la ciudad desde Mercabarna, y justamente allí es donde Victoria montó su mesa de entintar y se puso a hacer experimentos así de interesantes con el papel y los peces:







La condición de depredador del ser humano, aun natural como en otros animales, tiene a veces el matiz pernicioso del gusto por diezmar los recursos. Si concibiéramos el alimento como parte sagrada y noble del planeta, como regalo precioso que integramos en la cadena de producción de nuestras células, probablemente sólo mataríamos animales por estricta necesidad.

La contemplación del alma de estos peces plasmada para siempre por Victoria Rabal nos hace reflexionar sobre la esencia de la vida y de las cosas.
¿O acaso habrían estado estos peces (ya muertos) más bellos en ningún otro lugar?



http://www.youtube.com/watch?v=S4BdgXIqxY8

martes, 10 de enero de 2012

El milagro de la caja de los negativos de Capa, Taro y Seymour



”En 1939, cuando los alemanes se acercaban a París, metí todos los negativos de Bob en una mochila y me la llevé en bicicleta a Burdeos, para intentar embarcarla a México. Por la calle me encontré con un chileno, y le pedí que llevara mis paquetes de película a su consulado, para que no les pasara nada”.

Este fragmento procede de una carta que “Csiki” Weiss, laboratorista de Robert (Bob) Capa envió a Cornell Capa, hermano de Bob. Se trata de la última posible pista conocida sobre la caja con 4.500 negativos de imágenes (126 rollos de película fotográfica en blanco y negro) de la Guerra Civil española que apareció a finales del año 2007.

Robert Capa vino a España con Davir Seymour (“Chim”) y la fotógrafa Gerda Taro, que perdió la vida en trágicas circunstancias durante la contienda. Los tres amigos eran jóvenes de 23, 28 y 27 años, de diferentes procedencias geográficas (Hungría, Polonia y Alemania) que habían decidido comprometerse a difundir en la prensa europea las consecuencias del avance del fascismo.


Fotografía de Capa publicada en la prensa europea ("miliciano herido")

Llegaron a España con sus equipos fotográficos, y recorrieron los principales y tristemente famosos puntos álgidos de las batallas, disparando fotografías desde atrevidos ángulos, peligrosamente cercanos al cruce de fuego y estallido de bombas. La temeridad en la lucha por los ideales, seguramente, se habría convertido en alguna maniobra más prudente de haber tenido más edad aquellos tres reporteros.

Cuando las cosas se pusieron difíciles en España para los dos amigos que quedaron vivos y tuvieron que salir del país, una de las principales complicaciones fue poner a salvo el material. Bob Capa permaneció unos pocos años en París, con un nuevo colaborador, Weiss, el autor de la carta que señalábamos más arriba.


Retrato de Gerda Taro

Bob Capa vivió muy pocos años más, tras ser capturado por los alemanes en París. Muerto Bob, su hermano Cornell, exiliado en México, que tenía noticia por Weiss de que los negativos de su hermano debían de estar ocultos en algún lugar de este país, o en el consulado de algún país latinoamericano, se dedicó a buscar incansablemente esta caja de negativos por distintos lugares de México, Chile, e incluso en París, sin ningún resultado. Cornell envejecía esperando un milagro, sin saber que, a sólo tres calles de donde él tenía su domicilio habitual desde hacía muchos años, un viejo armario guardaba “la caja mexicana”.

El milagro se produjo a finales del año 2007. En el mismo vecindario que Cornell, una viejita que agonizaba en su domicilio, tía del director de cine mexicano Benjamín Tarver, hizo entrega a su sobrino de una curiosa y vieja caja que guardaba en un armario. Esta mujer había recibido este regalo de su amigo, el general Aguilar (un militar mexicano), hacía muchos años.

Cornell descubrió así, a sus 89 años (y pocos meses antes de su muerte) que los milagros existen. Y que a veces los tenemos mucho más cerca de lo que podríamos nunca sospechar.

Cabe ahora descubrir por qué la maleta con los negativos, que seguro que a estas alturas tiene "alma propia", ha decidido salir justo en este momento de la Historia de España y de Europa, y qué cosas tiene que contarle al mundo, o por qué hasta ahora no las había podido sacar de la oscuridad del armario donde fueron olvidadas.


Retrato de Robert Capa

“Fue una España donde nuestra generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que hay veces en que el coraje no tiene recompensa”. Albert Camus