domingo, 19 de junio de 2011

Encuentro de tres cazadores con tres hombres muertos


Estas miniaturas pertenecen al Libro de Horas de la princesa Bonne de Luxemburgo (nacida en Praga, Bohemia, con el nombre de Jutta, el 20 de mayo de 1315). El ejemplar mide 12,5x9,1 cms y se conserva en The Cloisters de Nueva York).

Tal como muestra la imagen, los tres caballeros de la página izquierda (cazadores) dialogan con los de la página derecha (muertos); integrando un diseño unificado para ambas páginas por medio de una conversación entre los personajes.
El primer difunto le dice a un cazador: “Lo que ahora sois, nosotros lo fuimos”, mientras que el segundo explica que “la muerte llega tanto a reyes como a pobres”. Por último, el tercer muerto sentencia: “Nadie escapa”. Se trata de una escena muy de moda en la Europa medieval, con el fin de hacer reflexionar al lector devoto sobre la caducidad de la vida.

Las princesas medievales pusieron de moda los devocionarios y Libros de Horas hacia el siglo XIV, época en que del libro románico en grandes formatos y de uso colectivo (monasterios, iglesias) se pasa el libro gótico, en pequeño formato, y de dimensiones adecuadas para el uso individual en la liturgia de las horas. La mujer medieval no tenía apenas acceso al mundo intelectual: las de clases bajas, eran analfabetas. Algunas damas de la aristocracia recibían formación para ser damas de honor y manejar la administración de bienes. Sólo las nobles y las reinas sabían leer y podían tener libros, aunque, eso sí, devotos. Las princesas y reinas no podían escapar a un destino de tenaz formación religiosa y prácticas cristianas. En cualquier caso, esta forma de vida era una oportunidad –quizá la única- para acercarse a la cultura; de hecho, algunas reinas gustaban de rodearse de exquisitas obras de arte (valga este Libro de Horas como ejemplo, pues más que un devocionario, es una exquisita colección de pinturas miniadas), y de ejercer el mecenazgo.

El tratamiento naturalista de los cadáveres, las mayúsculas decorativas, los elementos vegetales de las orlas y, sobre todo, los pájaros (reconocibles en sus diversas especies) que las adornan, tienen claras influencias del taller parisino de Jean Pucelle (miniaturista que introdujo en Francia las características pictóricas del trecento italiano, con las innovaciones naturalistas y volumétricas que habían aportado Duccio y Giotto). Las ilustraciones están realizadas al temple y con pan de oro bruñido; y el soporte es pergamino.

La introducción de las aves en las orlas tan característica del taller de Pucelle era una suerte de distracción (llamado técnicamente “Drolerie”) para un lector
-en este caso, lectora- laico. Seguramente un fraile o una monja no hubiera podido permitirse un divertimento semejante en ninguna de las páginas de los libros religiosos.

Otro elemento que llama la atención en las orlas es la heráldica. Los escudos irán tomando cada vez más protagonismo en los libros ilustrados de los siglos posteriores. Más adelante, los escudos se incorporarán en las encuadernaciones, para que a simple vista y sin abrir el libro, se sepa quién es el propietario. Pero recordemos que nos hallamos en el siglo XIV, y todavía las encuadernaciones no han introducido esta innovación.

Bonne de Luxemburgo fue madre del rey Carlos V de Francia. A sus 17 años, se le concertó en matrimonio con el futuro rey Juan II de Francia -que entonces era solamente un adolescente de 13-; convirtiéndose en duquesa de Normandía, y la condesa de Anjou y de Maine.
El nombre de Jutta (o Guta) traducible en Inglés como “Buena” (en el caso femenino), fue cambiado en el momento del matrimonio a “Bonne” (francés) o “De buena fe” (en latín). Bonne murió a la edad de 34 años, víctima de la epidemia de peste bubónica que asolaba Europa a mediados del siglo XIV, un año antes de que su esposo fuera coronado como rey. Por esta razón se la nombra como “princesa”.

Durante sus años de princesa en Francia, se cultivó en la cultura y en las artes, prodigándose en el mecenazgo de artistas, y legando al patrimonio de la humanidad encargos tan exquisitos como este pequeño libro.

Uno de sus protegidos favoritos fue el poeta y compositor Guillaume de Machaut.

En el siguiente enlace puede escucharse una obra de este autor, máximo representante del movimiento musical de Ars Nova:

http://tonomusical.com/videos/9ti59NdbG1c/Sh4m69/

Je vivroie liement/liement me deport