martes, 10 de enero de 2012

El milagro de la caja de los negativos de Capa, Taro y Seymour



”En 1939, cuando los alemanes se acercaban a París, metí todos los negativos de Bob en una mochila y me la llevé en bicicleta a Burdeos, para intentar embarcarla a México. Por la calle me encontré con un chileno, y le pedí que llevara mis paquetes de película a su consulado, para que no les pasara nada”.

Este fragmento procede de una carta que “Csiki” Weiss, laboratorista de Robert (Bob) Capa envió a Cornell Capa, hermano de Bob. Se trata de la última posible pista conocida sobre la caja con 4.500 negativos de imágenes (126 rollos de película fotográfica en blanco y negro) de la Guerra Civil española que apareció a finales del año 2007.

Robert Capa vino a España con Davir Seymour (“Chim”) y la fotógrafa Gerda Taro, que perdió la vida en trágicas circunstancias durante la contienda. Los tres amigos eran jóvenes de 23, 28 y 27 años, de diferentes procedencias geográficas (Hungría, Polonia y Alemania) que habían decidido comprometerse a difundir en la prensa europea las consecuencias del avance del fascismo.


Fotografía de Capa publicada en la prensa europea ("miliciano herido")

Llegaron a España con sus equipos fotográficos, y recorrieron los principales y tristemente famosos puntos álgidos de las batallas, disparando fotografías desde atrevidos ángulos, peligrosamente cercanos al cruce de fuego y estallido de bombas. La temeridad en la lucha por los ideales, seguramente, se habría convertido en alguna maniobra más prudente de haber tenido más edad aquellos tres reporteros.

Cuando las cosas se pusieron difíciles en España para los dos amigos que quedaron vivos y tuvieron que salir del país, una de las principales complicaciones fue poner a salvo el material. Bob Capa permaneció unos pocos años en París, con un nuevo colaborador, Weiss, el autor de la carta que señalábamos más arriba.


Retrato de Gerda Taro

Bob Capa vivió muy pocos años más, tras ser capturado por los alemanes en París. Muerto Bob, su hermano Cornell, exiliado en México, que tenía noticia por Weiss de que los negativos de su hermano debían de estar ocultos en algún lugar de este país, o en el consulado de algún país latinoamericano, se dedicó a buscar incansablemente esta caja de negativos por distintos lugares de México, Chile, e incluso en París, sin ningún resultado. Cornell envejecía esperando un milagro, sin saber que, a sólo tres calles de donde él tenía su domicilio habitual desde hacía muchos años, un viejo armario guardaba “la caja mexicana”.

El milagro se produjo a finales del año 2007. En el mismo vecindario que Cornell, una viejita que agonizaba en su domicilio, tía del director de cine mexicano Benjamín Tarver, hizo entrega a su sobrino de una curiosa y vieja caja que guardaba en un armario. Esta mujer había recibido este regalo de su amigo, el general Aguilar (un militar mexicano), hacía muchos años.

Cornell descubrió así, a sus 89 años (y pocos meses antes de su muerte) que los milagros existen. Y que a veces los tenemos mucho más cerca de lo que podríamos nunca sospechar.

Cabe ahora descubrir por qué la maleta con los negativos, que seguro que a estas alturas tiene "alma propia", ha decidido salir justo en este momento de la Historia de España y de Europa, y qué cosas tiene que contarle al mundo, o por qué hasta ahora no las había podido sacar de la oscuridad del armario donde fueron olvidadas.


Retrato de Robert Capa

“Fue una España donde nuestra generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que hay veces en que el coraje no tiene recompensa”. Albert Camus